¿QUE RUMBO PONEMOS, MI CAPITÁN?

jueves, 14 de agosto de 2014

Amanece de nuevo y con ello, casi con seguridad absoluta, comenzamos a poner en práctica esa curiosa habilidad, costumbre, virtud o defecto del ser humano que supone nuestra capacidad de improvisación.
¿ Cuantos de vosotros tenéis claro para que os habéis levantado de la cama hoy?. En el mejor de los casos, aquellos que son capaces de dar una respuesta concreta, esta se referirá a un motivo laboral. Sin embargo, hasta que el sol se ponga y las fuerzas nos abandonen, hemos de pasar por diferentes roles; profesional, padre, amigo, compañero de trabajo, deportista, etc. ¿Has pensado un objetivo para cada uno de ellos?.
Si tu respuesta es "NO", posiblemente acabarás el día con pensamientos del tipo: "No he hecho ni la mitas de las cosas que debería" o "que día más poco aprovechado" o aún peor "ojalá no hubiera amanecido".
Mi madre, con cierta frecuencia, solía repetirme una frase: "Santi, día que pasa no vuelve".Con más o menos adornos, este mensaje aparece en todos los libros de coaching y liderazgo que han caído en mis manos durante los últimos meses, llámese el autor Covey, Rovira, Sergio  Fernandez, Goleman o Punset. GRACIAS MAMÁ.
Seguramente, cuando eras adolescente, estabas lleno de sueños y recuerdas aquella época con gran cariño. Quizás, incluso sonríes al evocar ciertos momentos, porque las emociones son atemporales. ¿Donde han quedado esos sueños?, ¿luchaste por conseguirlos?, ¿cual fue tu compromiso en esa persecución?.
Si los conseguiste, además de ser una persona feliz, estoy convencido de que no te dejaste morir de éxito y emprendiste un nuevo rumbo con objetivos bien definidos.
Por el contrario, si abandonaste tus sueños, tu devenir por el mundo es posible que diste mucho de lo que potencialmente podría haber sido.
¿Cuales son los enemigos de los sueños?. ¿Quién o qué te impidió alcanzar el tuyo?. ¿Estás aún a tiempo de hacerlo?.
Culparemos a otras personas (padres, profesores, jefes, pareja), nos quejaremos de que no tuvimos medios suficientes (dinero, ayudas, formación), de que no dispusimos del tiempo que necesitábamos (cuando el día siempre tiene 24 horas, ni una más, ni una menos). Repartiremos culpas y responsabilidades e incluso nos auto castigaremos, diciéndonos que no valemos para esa u otras tareas similares, quedándonos con la idea de que no somos quién creíamos que podíamos llegar a ser.
Sin embargo, en la mayor parte de los casos, el motivo de la falta de éxito, ha sido un problema de gestión emocional o temporal, planificación y coherencia con nuestros valores.
¿Donde queda nuestra identidad cuando abandonamos nuestros valores y objetivos personales para conseguir los de terceras personas?. ¿Tenía claro lo que quería conseguir o era una idea abstracta?. ¿Realmente podía alcanzarlo o era una utopía?. ¿Puse los medios y el esfuerzo necesario?. ¿Fije objetivos intermedios que me motivasen en el camino?.¿Pensé en los obstáculos?. ¿Calculé el tiempo que me llevaría conseguirlo?.
Muchas preguntas y probablemente pocas respuestas. Vagamos por la vida como autómatas, luchando contra miedos y prejuicios. Pensamos que llenando el día de ocupaciones seremos más productivos y vivimos a toda velocidad y sin plena consciencia de la repercusión que esa forma de vida tiene en nosotros y en los que nos rodean.
Si he despertado en ti alguna curiosidad, un momento de reflexión o un motivo para cambiar, estate atento a
mi blog durante las próximas semanas. Cuando lo hagas, siéntate con tiempo y coge una libreta y bolígrafo, por que no voy a darte respuestas y soluciones mágicas, sino que voy a intentar que seas TÚ mismo quién las encuentre, sólo TÚ puedes ser "el capitán de tu barco, el guardián de tu destino".



0 comentarios:

Publicar un comentario