SE BUSCA AVENTURERO PARA SER FELIZ

domingo, 13 de julio de 2014

Reconozco que esta entrada está condicionada por mis últimas experiencias vitales, que han ampliado considerablemente mi mapa del mundo y confirmado una serie de creencias que desde hace tiempo había ido incorporando a la identidad que con el paso de los años se va modelando y rebelando como auténtica y única, pero al fin y al cabo, el propósito inicial de este blog, era proponer caminos para alcanzar la felicidad y no podía obviar uno tan importante como es el retorno a la naturaleza.
No quiero enfocarlo como algo poético ni idealista, sino como una guía práctica, sencilla y realizable por cualquiera de vosotros.
El último hábito que nos propone Covey en su imprescindible obra, "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva", es el que nos habla de afilar la sierra.En el, nos habla de perfeccionar las cuatro dimensiones del ser humano; física, mental, emocional y espiritual y creedme que una de las maneras más sencillas y eficaces es acercarse al origen de la creación, entrando en contacto con la naturaleza.
Sin duda que el entorno urbano facilita mucho nuestras vidas, poniendo al alcance cubrir las necesidades básicas de manera muy sencilla y rápida, pero también es indudable que cada día crece el número de jóvenes y adultos que buscan técnicas para canalizar el stress, que persiguen un desarrollo físico que la sociedad actual de hábitos sedentarios y del ocio pasivo no es capaz de ofrecer, que se inscriben en talleres de espiritualidad, meditación, mindfulness u otras disciplinas, con objeto de encontrar su verdadera identidad y crecer como personas. Buscan la solución dentro del mismo marco en el que se encuentra el problema. Lo que os propongo es una técnica de Coaching que consiste en ampliar ese marco. Salgamos de la ciudad y veamosla desde lo alto de un monte. ¿Porqué?. Ahí van mis razones:
A nivel físico; vamos a sentir como el sistema respiratorio amplía rápidamente su capacidad tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. Cambiamos el aire tóxico de la urbe por aire virgen. El corazón va a actuar de modo más económico, para lo cual va a aumentar su tamaño. La musculatura de sostén se va a fortalecer, realizándolo además sin impacto, evitando las lesiones típicas de las actividades físicas estandarizadas y favoreciendo la autonomía en la vuelta a la actividad cotidiana. El desarrollo corporal va a ser armónico, puesto que andar es una de las habilidades básicas del ser humano y quizás la más global, porque implica a toda la musculatura.
A nivel psicológico; huimos de la sobrecarga de estímulos del día a día. Nos ponemos en modo "unplugged", contemplamos nuestras preocupaciones desde el silencio y la calma, tomando distancia del problema, que se minimiza al observar lo pequeños que somos vistos desde unos metros más arriba. Podemos focalizar la atención en los estímulos que se nos ofrecen; el canto de los pájaros, el baile de las ramas al son del viento, el crujir de las hojas...También concentrarnos en resolver un problema sin miedo a distracciones habituales (ruidos, teléfono, timbres, horarios), dando una respuesta más completa y creativa.
A nivel emocional; ¿alguien conoce mejor sensación de paz que contemplar un amanecer escuchando únicamente el sonoro despertar de los pájaros?. Otra opción puede ser compartir una jornada en la montaña con tu pareja o amigos. El esfuerzo en común une a las personas. Si a eso sumamos la relajación que uno siente en el silencio del bosque, la comunicación será con total seguridad más armónica y fluida que en otras circunstancias más comunes.
A nivel espiritual; Robin Sharma, en uno de los libros de su conocida colección "El monje que vendió su ferrari", propone para momentos de confusión personales, adentrarse en la naturaleza al amanecer y sentarse junto a un río o lago a contemplar nuestro propio reflejo. Concentrados en el, encontraremos al cabo del tiempo las fortalezas y áreas de mejora que nos llevarán al desarrollo en plenitud.
Podría daros más razones, pero considero que con estas
son suficientes para que cada uno toméis vuestra decisión. Tengo claro que unos habrán visto el camino como un cortado de piedras por el que no merece la pena transitar, otros visualizarán una dura jornada de campo a través con matorrales y espinos que pueden dejarnos heridas o una senda en la que a veces no sabremos que dirección es la correcta o incluso una pista limpia que nos incita a avanzar más rápido. Sin embargo seguramente todas llevan por igual a la cima y sin embargo lo que no debemos perder nunca de vista es, parafraseando a Nick Nolte en "El guerrero pacífico" que "la felicidad no es la meta....es el camino".
Siento dejaros, pero son las 6:30 y ¡¡AMANECE !!.