¡¡ SIENTE, EMOCIONA, AMA !!

domingo, 17 de noviembre de 2013

¡Hagamos un ejercicio de memoria!. Intenta recopilar recuerdos de tu experiencia en el colegio, en la universidad, de tus amigos, la familia, tu pareja, un concierto, el deporte, de cualquier momento de tu vida que haya significado algo para ti. ¿Que tienen en común?, ¿porqué son importantes?, ¿que motivo te ha llevado a elegir precisamente esos?. Yo te ayudo, todos esos momentos provocaron en ti una emoción especial.
Ya dijimos en un articulo en mayo, que los nuevos modelos pedagógicos pretenden aprovechar esa conexión entre memoria, aprendizaje y emoción para conseguir los objetivos educativos de sus programas.
Pero este articulo no pretende centrarse en lo académico, sino afrontar la manera de que nuestra parte emocional se constituya en el tercer pilar del SER, junto con el corporal, el intelectual y a falta de asentar el espiritual.
Quizás en el ejercicio inicial, hayan surgido recuerdos no muy agradables. Que la emoción que desató en nosotros nos produjese dudas, miedos o incluso algún tipo de trauma que todavía no hemos superado.        ¿ Cómo puede eso ayudarnos a crecer como personas?. Evidentemente no es sencillo, pero una vez más la solución está en ti.
Las emociones son respuestas instintivas a un estímulo que las desencadena. Originalmente componen nuestro instinto de supervivencia y son iguales para todos los seres humanos. Lo que nos genera una emoción es un sentimiento y es ahí donde la persona puede intervenir. Ante una situación de peligro (emoción), todos sentimos miedo (sentimiento). La diferencia es la manera de gestionar ese miedo y las
consecuencias que esa gestión va a tener en nuestro comportamiento posterior. Lo mismo podríamos decir de la sorpresa, la alegría, la ira, de todas las emociones que nos afectan.
Todos nuestros sentimientos y los comportamientos ante ellos son aprendidos y por lo tanto modificables. Nuestro mapa mental fruto de las experiencias pasadas, conforman no sólo nuestra manera de ver el mundo, sino nuestro comportamiento en cualquier situación e incluso nuestras expectativas sobre los demás en función de como los percibimos. Si ante una situación estresante hemos reaccionado con violencia o aturdimiento, tendemos a repetir esa conducta en una situación similar o a lo sumo, esperamos poder controlar esa ira de manera intuitiva, sin realizar un entrenamiento consciente de gestión emocional. Pensamos que es algo personal, pero en no pocas ocasiones esa carga emocional negativa afecta a nuestro entorno y provoca un efecto dominó de consecuencias imprevisibles, llegando a situaciones extremas que todos tenemos en mente.
Pero este es un blog positivo, de crecimiento personal y práctico, así que vamos a proponer una serie de herramientas de gestión emocional.
1- Piensa en las situaciones que has recordado al principio del articulo y las emociones que desataron en ti e intenta ponerles nombre.
2- Profundiza un poco más, intenta recordar como te sentiste, si algo cambiaba en tu cuerpo o en tu mente, si te sentías fuerte, hundido, si tu comportamiento cambiaba en ese momento, si hubo consecuencias posteriores. Anota en tu agenda personal todo aquello que recuerdes y que sea relevante para ti.
3- De todo lo que has anotado, piensa aquello que crees que deberías cambiar porqué te hizo sentir mal, porqué te afecto negativamente a ti o a los demás, porqué crees que hay otra opción mejor, porqué tu comportamiento no estaba de acuerdo con tus valores más profundos, etc.
4- Anota en una columna conjunta cual hubiera sido la reacción a la emoción con la que te hubieras sentido pleno.
5- Intenta visualizar ese comportamiento en una situación similar. Qué y cómo te sentirías antes, durante y después de la emoción y del comportamiento posterior.
6- Ahora hay que llevarlo a cabo. No nos vamos a engañar, no va a ser  sencillo, así que te propongo que busques un interruptor que te haga consciente de que tienes que actuar de manera diferente. Sólo hace falta un momento de pausa al principio, porque tu perseverancia hará que poco a poco vayas automatizando tu respuesta. Puedes buscar ese interruptor en un anclaje que tu mismo puedes crear o simplemente en la respiración, tomándote unos segundos para encontrar tu centro y actuar desde tus valores y no desde los sentimientos.
Prueba, te aseguro que tu autoconocimiento, tu autoestima y tus relaciones con tu entorno mejoraran significativamente con un control emocional que genere empatía, valoración y reconocimiento de los demás y sobretodo de ti mismo.