Como cualquier otro día, subía las escaleras que conducen a
las aulas. Sin embargo, algo había diferente. El aroma a escuela de toda la
vida era más tenue, frágil, deslavado. Ningún motivo aparente, ninguna pista,
todo parecía una sospecha producto de una noche difícil, hasta que al mirar por
la cristalera de la clase contigua vi que la persona que durante más de 45
años había repartido amor, disciplina y
matemáticas a partes iguales entre los alumnos, no era la misma. El “PROFE” ya
no estaba. ¿ Desconcierto, tristeza, alegría, duda?. Meses enseñando inteligencia emocional y ahora
era yo incapaz de poner nombre a lo que sentía. Respira, céntrate, alégrate por él y recuerda. Recuerda que ahora
va a tener tiempo para sus múltiples aficiones que no te dejaban ver su edad por
la ilusión juvenil y la energía con que las afrontaba. ¿Cuántas carreteras has
recorrido en bici con él mientras te contaba hasta el mínimo detalle del
paisaje sentido en una salida de domingo?.
¿ Acaso no te has sorprendido mirando alguna
de sus fotos buscando el motivo de cada luz y cada sombra?.Recuerda la atención de los chavales escuchando una de sus mil batallitas dentro y fuera del cole, reales o imaginarias, daba igual, el que hablaba era “EL PROFE”. En realidad daba igual la audiencia; alumnos, padres, profesores, siempre conseguía hacer llegar su discurso a través del silencio.
Visionario como pocos, ya se dio cuenta hace más de 30 años,
de que el mundo del futuro necesitaría la informática como vehículo de
transporte. De que el humor y el respeto hacia los alumnos, eran armas mucho
más poderosas que el castigo y la intimidación propio de los años setenta .De
que los audiovisuales y las imágenes llegaban más que las simples palabras y
sobretodo, de que más allá de los currículos, la verdadera labor de los
colegios era transmitir a los niños los valores y principios necesarios para
ser PERSONAS con mayúscula, personas respetuosas consigo mismas y con los demás,
solidarias, trabajadoras, capaces y responsables.
Tu discurso siempre fue coherente con tus ideas, lo que te
provocó algunos enfrentamientos pero sobretodo grandes amigos, que veían en tus
palabras caminos para mejorar que de otra manera hubieran sido incapaces de
explorar. En él, no dudabas en que para encontrar la solución a un problema, lo
primero era
asumir que nosotros siempre somos parte de ese problema y que la
educación es un ejercicio de responsabilidad, en la que casi siempre enseñamos
más con lo que somos que con lo que impartimos, que debemos ser ejemplo de
valores y comportamiento con nuestros alumnos antes de exigirles su implicación en el
proceso de aprendizaje.
Como compañero, será difícil encontrar otro igual. Un líder a
la hora de trabajar, un amigo en los tiempos difíciles y un caballero en las
formas. Tu calma y tus exquisitas palabras han sido capaces tanto de calmar las
emociones más intensas como de agitar las más duras conciencias.
Contigo
aprendí el significado de la palabra carisma, nunca dejaste a nadie
indiferente. Estoy seguro de que dentro de diez o veinte años, igual que hoy en
día, cada vez que un ex alumno se cruce en mi vida, una parte de la
conversación será para interesarse por ti y para desearte lo mejor en la vida,
porque en mayor o menor medida sienten que parte de lo que son es gracias al
PROFE.
No sé si te hará gracia o no escuchar mis palabras, que se
con certeza que no sólo me representan a mí, pero ¿sabes?, me da igual, porque al
igual que tú, lo que siento en mi corazón un acto de justicia necesito
expresarlo y porque sé que como no te dejarán indiferente, volverás al colegio,
a tu casa de toda la vida, a darme tu opinión y eso supondrá que tendré un día
más para aprender de ti.
Disfruta de tu bien ganado descanso, amigo, pero recuerda
que cualquier visita, cualquier palabra, consejo, chiste, imagen, video o
crítica tuya será un premio y una motivación para los que nos quedamos
intentando llegar a la cima del puerto.
GRACIAS POR TI,
DON ANTONIO DAVALILLO.